Los efectos del cambio climático y la inseguridad actúan como factores de estrés compuestos e interrelacionados sobre el bienestar de las personas, y agravan las amenazas de crisis e inestabilidad. Sin embargo, no se dispone de suficientes datos localizados y contextualmente relevantes para las formulación de política pública, especialmente en el nexo entre la seguridad climática y la agricultura, sobre cómo pueden surgir exactamente los riesgos en los distintos contextos geográficos.