Treball Final de Màster Universitari en Cooperació al Desenvolupament (Pla de 2015) (A distància). Codi: SRP522. Curs acadèmic: 2018-2019 El cambio climático es uno de los principales problemas ambientales que enfrentamos y que pone en riesgo la sostenibilidad de la vida en la Tierra. La respuesta de la comunidad internacional ha sido principalmente política, a través de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se reúne anualmente en la Conferencia de las Partes, para discutir las estrategias para la mitigación y adaptación del cambio climático. Sin embargo, es imprescindible avanzar con la implementación de políticas públicas al interior de los países, así como garantizar el flujo de recursos para invertirlos en proyectos ambientales. En el COP 21 llevado a cabo en el año 2015, se suscribió el Acuerdo de París, en donde uno de los objetivos es precisamente movilizar recursos financieros hacia un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. En el COP 22, llevado a cabo en Marraquech (2016), se ratificó el compromiso de los países desarrollados de proporcionar USD 100.000 millones anuales para financiamiento climático. Por su parte, en el COP 23 desarrollado en Bonn (2017), surgió el concepto de “gran coalición” que involucre no solo a los gobiernos sino también a las ciudades, a la sociedad civil y al sector privado, para canalizar fondos hacia el mismo fin. En este contexto, surge la necesidad de la emisión de bonos verdes, que permite obtener recursos para ser invertidos en proyectos ambientales. De esta forma, el sector bancario dispone de una nueva fuente de fondeo para estructurar líneas de “crédito verde” para ofrecer a sus clientes, lo cual es una clara señal al mercado de avanzar a la transición hacia una economía baja en carbono. La sinergia económica resultante puede apoyar las políticas públicas relacionadas con el desarrollo sostenible y ayudar a enfrentar el cambio climático. Climate change is one of the main environmental problems that we face, and that puts the sustainability of life on Earth at risk. The response of the international community has been mainly political, through the United Nations Framework Convention on Climate Change, which meets annually at the Conference of the Parties, to discuss strategies for the mitigation and adaptation of climate change. However, it is essential to move forward with the implementation of public policies within the countries, as well as ensuring the flow of resources to invest in environmental projects. In the COP 21 carried out in 2015, the Paris Agreement was signed, where one of the objectives is precisely to mobilize financial resources towards climate-resilient development with low greenhouse gas emissions. At COP 22, held in Marrakesh (2016), the commitment of the developed countries to provide USD 100 billion annually for climate finance was ratified. For its part, at the COP 23 held in Bonn (2017), the concept of a "grand coalition" emerged, involving not only governments but also cities, civil society and the private sector, to channel funds towards the same end. In this context, the need of the issuance of green bonds arises, which allows obtaining resources to be invested in environmental projects. In this way, the banking sector has a new source of funding to structure "green credit" lines to offer its customers, which is a clear signal to the market to move towards a low carbon economy. The resulting economic synergy can support public policies related to sustainable development and help address climate change.